Friday, July 31, 2020

Algunas Interpretaciones Sobre José Batlle Y Ordóñez

I- La mirada apologética

-Roberto Giudice y Efraín González Conzi "Batlle y el batllismo" Ed. Medina, 2ª Edición. Montevideo, 1959, págs.402-403

"El batllismo, después de señalar la existencia de una graduación infinita de posiciones económicas entre la burguesía y el proletariado, apoya su acción más en el sentido de moral de los hombres que en su posición económica. Y no hace _ni podría hacer_ un llamado excluyente a determinada clase social: convoca a los hombres  que amen  la libertad y la justicia _ hállese donde se hallen _ para establecer un régimen de justa distribución social.
Así integrado, el batllismo utiliza la democracia como medio de acción. 'Los procedimientos revolucionarios están buenos para los gobiernos absolutos que niegan toda libertad. En las repúblicas, el obrero tiene el voto que es la fuerza que fácilmente puede realizar sin una gota de sangre y sin una lágrima, las más justas aspiraciones del proletariado…'
El batllismo es, pues, una tendencia netamente reformista: una primera reforma prepara la segunda, y ésta a su vez  una tercera, y cada una apoyándose en la anterior y derivando de ella; no brusco o repentino cambio, sino gradual transición. De esta manera, todo se alcanza sin perturbar el equilibrio social, paulatinamente, es un movimiento progresivo rítmico. Las conquistas se irán sucediendo, una tras otra, hasta la última. Sin violencia ni sacudidas. Armoniosamente.  
El batllismo persigue como solución final el desplazamiento hacia la sociedad de los medios de riqueza. Este desplazamiento de manos de particulares a manos de la colectividad, se hará gradualmente. Se hará respetando la libertad del trabajo y el derecho de propiedad privada producto del trabajo…
Y así el batllismo alcanzará la finalidad última. Habrá establecido entonces totalmente la libertad del trabajo, que no existe hoy en los servicios que no pueden presentarse sin autorizaciones especiales (aguas, electricidad, ferrocarriles, tranvías, telégrafos, teléfonos); y que no existe tampoco en los otros servicios cuando han sido monopolizados por particulares. Y que no existe desde muchos puntos de vista para el asalariado, cuando impera el régimen patronal. Y habrá respetado la propiedad privada producto del derecho y la justicia.
Cuando todas las industrial y demás agentes de producción hayan sido monopolizadas por el Estado, habrá el momento de atribuir científicamente a cada uno lo que le corresponde. Las dificultades de hallar la fórmula absolutamente justa son enormes. El batllismo, estudiando la realidad de ese momento histórico, establecerá la fórmula de acuerdo con la nueva realidad."

II- La mirada marxista

-Julio Luis "Batlle y Ordóñez: Apogeo y muerte de la democracia burguesa". Natura Libros, Montevideo, 1969, págs. 183-186 y 189-190.

"Carácter radical, progresista y zigzagueante del batllismo.
El batllismo mantiene el carácter burgués del Estado ampliando su estructura democrático-burguesa y la apropiación privada de los medios de producción y de cambio… El punto principal del batllismo ideológicamente consiste en valorar la democracia y la ley, como factores supremos, estables y condicionantes de los demás…   
La burguesía industrial inteligentemente dirigida por Batlle y Ordoñez propagandea, posibilitada por la situación económica, la democracia, consistente de que es la forma más sutil de enfrentar la política revolucionaria del proletariado. Un proletariado, por otra parte, sumamente débil social, política e ideológicamente.
Favorecida por estas circunstancias, la burguesía permite que dentro del batllismo se hable de conquistar una auténtica libertad y justicia a través de la colectivización, se manifiestan propósitos antiimperialista y hasta socializantes…
Tan liberal es que por boca de ese batllista [Domingo Arena], se denuncia duramente a la sociedad capitalista 'esta sociedad capitalista, para poder seguir marchando como marcha, para poder seguir utilizando como utiliza al pobre rebaño humano, necesita forzadamente mantenerlo es un estado de abyección, de embrutecimiento, de abandono en que vive hoy'. 
Pero en el fondo, la burguesía industrial se siente expresada y segura por el batllismo, a pesar de los pujos radicales de la pequeña burguesía, expresado sobre todo a través de Arena. Y eso en la medida que el batllismo descarga todos sus dardos contra la lucha de clases, verdadero motor de donde el proletariado extrae en la práctica su ideología revolucionaria, socialista y comunista. Ataca, primero sutilmente, la lucha de clases, propagandeando la conciliación; y siempre, muchas veces ya no sutilmente, blandiendo el garrote o la pluma contra las ideas revolucionarias.
De esta forma, hábilmente, el batllismo actúa como antídoto contra la revolución proletaria…
Su progresismo de los años de apogeo económico poco a poco se va apagando, a medida que la burguesía industrial retrocede y, junto a él, en primera fila, retrocede el partido en su conjunto… 
Batlle y Ordóñez es imagen y reflejo de una época, de un país: de un Uruguay   que quiso y no pudo ser."

III- Una mirada de  carácter económico

-Henry Finch "Historia económica del Uruguay contemporáneo". E.B.O. Montevideo, 1980, pág. 16-21.

"En la historiografía uruguaya ha existido una tendencia a considerar las dos presidencias de José Batlle y Ordoñez (1903-1907 y 1911-1915) y la sostenida influencia que ejerció hasta su muerte en 1929, como un cambio radical en la vida del país. En realidad, no pueden existir dudas acerca de la importancia de esos años decisivos para la posterior evolución del Uruguay. El último conflicto armado entre blancos y colorados terminó en 1904, a partir de entonces, se consolidaron las formas democráticas de gobierno y los partidos políticos adquirieron definitivamente carácter civil… El valor de las exportaciones se duplicó entre 1900 y el estallido de la primera guerra mundial a raíz de la iniciación del comercio de carnes congeladas. La actividad industrial aumentó y se realizaron importantes mejoras en la infraestructura, tanto a nivel urbano como nacional. La sola enumeración de estos cambios llevaría a pensar que… sería más acertado decir que Batlle fue la creación de su tiempo que sostener… que fue el creador de los mismos.
En realidad, los logros de Batlle pueden ser considerados como respuestas a dos procesos que eran ya evidentes a fines de siglo pasado: la inestabilidad social del sector ganadero y el rápido crecimiento de la economía urbana.  El fenómeno batllista significó  una transacción _de carácter liberal, humanitario, muy de clase media_ entre las tensiones sociales y políticas  resultantes de estos procesos encontrados… la intención subyacente del batllismo era de esencia conservadora; se trataba de extender las funciones del Estado a los efectos de asegurar el equilibrio de fuerzas entre las distintas clases sociales y realzar el papel del sistema político (…)
La conducta financiera del gobierno de Batlle fue _a pesar de los costos de la guerra_ inobjetable. Más importante aún fue la concluyente demostración de que el poder de una autoridad central resultaba_ largo plazo _ una garantía mucho más efectiva de la paz y de la estabilidad interna que cualquier acuerdo interpartidario…La época de los acuerdos, de las tradicionales formas de coparticipación a través de las cuales los partidos habían mantenido una paz inestable desde 1872, había llegado a su fin.
Los propietarios rurales tuvieron claro, a partir de 1904, que el Partido Colorado no planeaba atacar el principio de la propiedad privada de la tierra ni rescatar tierras fiscales que los propietarios habían ocupado… Un pacto implícito se estableció entonces entre ambos sectores. Sin embargo, la paradoja de la vulnerabilidad política de clase alta rural _ el hecho de que un grupo económicamente dominante no pudiese controlar el sistema político _ fue reconocida en 1916 cuando los propietarios rurales se unieron para formar la Federación Rural como un grupo de presión que actuase en el seno de ambos partidos tradicionales en defensa de los intereses del campo.
A pesar de todas las ideas peligrosas que se proclamaban en Montevideo, los intereses rurales tenían poco que temer. La política agropecuaria de Batlle fue, en realidad, neutral…_elevación de los impuestos sobre la tierra, impuesto a la herencia y al ausentismo, salario mínimo para el medio rural, planes de colonización, crédito a los pequeños productores_ fueron fácilmente evadidas o tuvieron escaso resultado. A largo plazo, el fracaso del batllismo en reformar la estructura agraria iba a tener serian consecuencias para el futuro desarrollo del Uruguay…
La política económica de Batlle no logró ningún cambio importante en la estructura económica del país. Se concedieron beneficios impositivos a las nuevas empresas industriales que se sumaron a la protección arancelaria ya existente. Pero al falta de una política fiscal progresista, el mercado se mantuvo sin desarrollarse y tuvo que ser el socialista Emilio Frugoni quien señalase el carácter regresivo  del proteccionismo aplicado a los artículos de primera necesidad.
El crecimiento del sector público _ otro rasgo del batllismo _ lejos de perjudicar, favoreció indudablemente al capital nacional. El monopolio por parte del Estado en algunos tipos de seguros se realizó a expensas de empresas extranjeras, no de las uruguayas.
Por otra parte, la hostilidad de Batlle hacia el capital extranjero, si bien era sincera, distaba mucho de ser una actitud  de enfrentamiento a la intromisión imperial…
Las organizaciones obreras se fortalecieron a partir de 1895 y el descontento laboral se intensificó durante la década de rápido crecimiento que precedió a la Primera Guerra Mundial provocando alarma entre los sectores empresarios más poderosos. Los partidos políticos tradicionales… se sintieron igualmente  amenazados por la militancia de los obreros. La respuesta de Batlle fue elevar al Estado _ y con al sistema político_... Posteriores actos legislativos fueron anticipando los reclamos laborales y, de esa manera, los viejos partidos políticos se fortalecieron a expensas del movimiento sindical… Mientras los clubes políticos cumplían el papel de agentes para la integración de los inmigrantes montevideanos… la legislación era el precio que debían pagar los pequeños industriales en ascenso por la estabilidad política y social. 
La ideología batllista fue, fundamentalmente una ideología de clase media. Aunque ningún sector social fue excluido de la alianza batllista, los mejores representados fueron el de la pequeña industria y el de los empleados públicos y privados…"

IV- Una mirada de reformador

-José Pedro Barrán y Benjamín Nahum "Batlle, los estancieros y el imperio británico". E.B.O. Montevideo, 1981, Tomo II, págs. 7-8 y 39-45.

Batlle se vio a sí mismo como un hombre del progreso, los obreros los consideraron un 'amigo', el patrón industrial y británico lo creyó un 'socialista', los socialistas, un burgués de buena voluntad, los blancos, un autócrata demagogo y el historiador, un reformador. Cada una de estas miradas es falsa y verdadera al mismo tiempo por parcial, y son todas juntas la que dan idea cabal del personaje, el movimiento que protagonizó y su época. 
Caracterización
Fue ese lenco político del novecientos, el protagonista de los que de ahora en adelante denominaremos 'reformismo', es decir, la tendencia a promover el cambio más o menos radical de los modelos económicos, sociales y mentales dominantes, sin recurrir a la violencia.
Preferimos usar el término 'reformismo' en lugar del habitual 'batllismo' por varias razones.
En primer lugar, en todo el período a estudio (1903-1916)… el batllismo no era aún un partido organizado, con autoridades, lema y programa; tampoco, a no  ser en los años finales (1914-1916), un movimiento de masas.
En segundo lugar, los que vivieron y escribieron en 1905 a 1910, utilizaron en general el término 'reformista' para designar a la corriente que luego se denominará 'batllista'. En los documentos analizados, mensajes presidenciales, ministeriales, discursos parlamentarios y editoriales periodísticos, los seguidores de Batlle se llamaron a sí mismos 'reformistas' o 'reformadores', pretendiendo expresar con ello la esencia misma de su nueva fe; el uso del aparato estatal para la promoción de una economía que nos tornará 'independientes', de una sociedad que fuera 'justa', de una cultura científica que nos liberara de la 'esclavitud' de la ignorancia, todo ello dentro del respeto por el 'estado de derecho' y sus reglas de juego, lo que impedía el recurso de la violencia revolucionaria y a la vez identificaban al reformismo con la defensa de los derechos individuales…
En tercer lugar, el uso del término 'reformismo' nos permite ubicar al batllismo como una de las muchas corrientes políticas europeas y americanas que buscaron en las primeras décadas del siglo XX eliminar  las aristas más crudas del 'capitalismo salvaje' y resucitar el viejo anhelo de 1789 por una sociedad ideal, sin recurrir, empero, a los mismo métodos (…)
Reforma, no revolución
El Estado reformista no pretendía destruir el sistema sino excesos… el reformismo quiso poner distancia entre él y las ideologías revolucionarias del novecientos. Mucho fue dicho con tal de separarse de ellas. Esto se debió a  dos factores cuyos respectivos pesos es difícil medir con exactitud: la propia convicción de ser 'obreristas' y no 'socialistas', y la necesidad de tranquilizar a las clases conservadoras (…)
La lucha de clases era un hecho que podía ser modificado sin modificar el supuesto de la propiedad privada de los medios de producción…
En todas las clases sociales había hombres de buena voluntad y mala voluntad. El individuo no tenía determinada su conciencia por su posición social, sino que su conciencia seguía el camino del bien colectivo cuando era despertada. Este razonamiento evitaba que se tuviera que recurrir siempre a la coerción para modificar el orden establecido: bastaba a veces difundir, con argumentos razonables, la necesidad del cambio y hasta los beneficios del modelo, terminarían aceptando las reformas.
El reformismo se vio a sí mismo como un 'socialismo de estado', tan respetuoso de la propiedad privada, como consciente de las limitaciones de ese derecho, tan dispuesto al cambio como a promoverlo sólo por medio de la 'evolución' pacífica".

(Selección realizada de: Cuadernos de ciencias políticas. Historia del Uruguay Contemporáneo.  Material para debate, FCU. Selección de textos, cuadernos y documentos Gerardo Caetano y Milita Alfaro)

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Mis Favoritos De Bogotá. A Comer, Pasear, Comprar Y Rumbear Su Merced!

Mi aventura en Bogotá partió a continuación de Guatemala, por lo que arribe aún en las formas resposadas centroamericanas, directo al movimiento y a la rumba Colombiana, en el Aeropuerto El Dorado.

El hotel elegido fue el NH Parque de la 93, que es una súper buena ubicación. 

Como había sido muy advertida de los peligros de la ciudad y no escatimé inversión en taxi recomendado por el hotel, para moverme para todos lados (era pre -Uber), pero la verdad - no se si fue suerte o buena precaución-  puedo afirmar que es un lugar seguro donde sólo encontré con personas amables que hicieron de mi estadía un agrado, y que hicieron que Bogotá sea una de mis ciudades favoritas, especialmente mi conductor Daniel - estudiante y conductor de medio tiempo y mi amigo hasta hoy- con quien anduve para todos lados, dándome los mejores datos de compras, señas turísticas y hasta consejos sentimentales.





Mi estadía fue de 4 días, que son suficientes para hacerse una idea de la ciudad y sus ritmos, aunque debo decir, que es un destino para repetir. Acá mi recorrido personal por mis 4 zonas urbanas favoritas y un paseo extramuros.

- Parque de la 93:

La zona del Parque de la 93 está justo al medio de la zona hotelera de súper lujo de los 100, pero alejado y del ultra movido 82 y alrededores, así que es una muy buena opción, con muchos restaurantes cercanos, y tiendas preciosas, además de casa de cambio y un parque para pasar el rato.




- La Candelaria - Centro Histórico:

Mi primera parada y una de las más entretenidas de los 4 días que en total estuve, fue el Centro Histórico, erigido todo en clave de la historia de la Independencia, que es además muy entretenida.

El llamado también Barrio de la Candelaria merece más que una visita, de hecho, yo fui dos, una con Daniel, un día de semana, y una sola, el fin de semana, y puedo decir que tiene dos vidas distintas, aunque ambas súper animadas.

El recorrido en cada oportunidad lo inicié en la Plaza Mayor o Plaza Bolívar, kilómetro 0 y alma de la ciudad.



La plaza es impresionante, tanto por su cabida, como por la belleza de los edificios erigidos a su alrededor: incluyendo las sedes de gobierno político, poder ejecutivo, legislativo, judicial y espiritual del país.


La Catedral Primada consagrada a la Inmaculada Concepción, , colma junto con el Palacio Arzobispal, uno de los extremos de la plaza, desde los inicios de la conquista, y en su actual forma desde 1823.





Avanzando por el costado de la plaza está la sede del Poder Legislativo, el Capitolio Nacional, cuya construcción data de 1848, y que antes sirvió de asiento a los edificios del Virreinato de Nueva Granada.

Al costado de éste, se encuentra el Casa Nariño, epicentro del Poder Ejecutivo Nacional y residencia del Presidente del país.


Continuando la vuelta en 360 grados, está el Palacio Liévano, de 1907, y que sirve de sede a la Alcaldía de Bogotá.



Al otro costado se encuentra la Corte Suprema, sede del poder judicial, tristemente célebre por la toma del año 1985 por parte de la guerrilla, resultando 98 personas asesinadas, entre ellos, 11 jueces y funcionarios judiciales.

La plaza en general, además de la impresionante cantidad de edificios y su cabida,  tiene una onda increíble, el fin de semana sobretodo donde se llena de comercio, de frutas, jugos y dulces, además de personas vendiendo juguetes, comida para las palomas y hasta una llama, para fotografiarse.




Continuando mi visita, cruce a la esquina contigua a la Catedral, donde se encuentra la Casa del Florero, o Casa de Llorente, donde funciona el Museo de la Independencia, y que es una de las visitas más entretenidas de la ciudad.



Resulta ser que ahí mismo se habría gestado el movimiento independentista en 1810, al igual que en el resto de América Colonial, y todo se debió a que el comerciante español no prestó un florero solicitado por un par de criollos para una ceremonia, lo que despertó la excusa perfecta para revelarse contra el dominio colonial


La visita al museo es guiada muy interactiva y entretenida.



Saliendo de ahí continué caminando por la calle 11, hacia uno de los mayores tesoros de la ciudad, y también uno de mis lugares favoritos: La Puerta Falsa, máximo exponente desde hace más de 200 años de los dulces Santafereños, donde vale la pena sentarse a probar todo lo que pille, especialmente las cocadas, acompañado de un rico café para pasar un poco el dulce, en una esfera más local y nostálgica que ya el mítico Juan Valdés.



No había terminado de salir, y me encontré con un carrito de obleas con Arequipe (como la Cajeta Mexicana), que no pude dejar pasar




Siguiendo por la misma calle me topé con el Centro Cultural Gabriel García Márquez, que vive desde 2008, en colaboración con el Fondo de Cultura Económica, y que alberga además de una gran librería una galería de arte. 



Avanzando por la misma calle en dirección contraria a la plaza me topé con  el Museo de Botero, administrado por Fundación Santander, donde se encuentran las obras donadas por el propio artista, cuyo sello ya es universal, con sus gorditos en toda su expresión.



También se pueden apreciar colecciones permanentes de otros artistas, con una sala dedicada completamente al impresionismo, así como exposiciones temporales, incluyendo hasta el mismísimo Picasso.


Las calles del centro en general son muy comerciales, siendo posible encontrar varias ferias artesanales para mirar, además de este bizarro deporte, llamado la carrera de conejillos de india, con apuesta y todo.



Una de mis visitas más queridas fue el Museo del Oro (http://bogotaturismo.gov.co/museo-del-oro), que es para perderse el día completo, de hecho, yo fui dos veces, y me traje el libro, por lo impresionante de su colección, más que la sola belleza del metal, es la forma como fue trabajado por los pueblos originarios, con un grado de perfección, impensable para mi en el siglo X d.C.





Pagué mi entrada y me dediqué a caminar por cada recoveco, buscando las imágenes más bonitas, había de todo, máscaras, joyas, elementos ceremoniales, pero también elementos más cotidianos.




El grado de elaboración me resultó impresionante.




Me colé un poco en una visita escolar, siguiendo con atención todos los datos de la guía, quien detallaba también la importancia no solo de la metalúrgica, sino también de la alfarería.



Y ahí andaba yo baca abierta admirando toda la colección, que según se dice es la más grande del mundo y después de verla, me hace total sentido el mito de El Dorado.




Hay un espacio llamado la sala de las ofrendas, que pretende representar la Laguna Guatavita, justo donde se sitúa el mito de El Dorado, es una sala circular que de cada tanto se oscurece, y con una mezcla de luz y sonido, ilustra al visitante sobre los secretos de su fondos, de forma tan entretenido, que lo repetí cada vez que pude.



Animada por Dani, el primer día, visitamos también el Museo de la Esmeralda, secretamente la idea  de él fue entrar no para comprar alguna joya, sino porque permitía la mejor vista del centro de la ciudad.





Igual aproveché la oportunidad para imponerme del proceso de extracción de esta piedra preciosa, que también es parte de la identidad colombiana.



- Cerro de Monserrate:

Esta visita fue en clave de la  Cámara Viajera o Ciudades y Copas, porque por la cantidad de veces que había visto el cerro y sus atracciones parecía que lo conociera de toda la vida y, como me gustó tanto ir, fue también una visita que repetí.

Se puede elegir subir caminando, en funicular o en teleférico, esta última opción fue mi elegida por un poco más de 6 USD ida y vuelta.



Una vez en la cima que se eleva sobre los 3.200 metros sobre el nivel del mar, hay que elegir hacia donde dirigir la visita, para mi la primera vez turismo, y, la segunda comida y el espectáculo del atardecer.

El hito más querido para los capitalinos es la Basílica del Señor de Monserrate, que alberga una capilla pequeña muy linda consagrada a la Virgen de Monserrate, y que es centro de peregrinación para todas las festividades católicas, especialmente en Semana Santa.



Hacia el otro lado de la iglesia, se encuentran los restaurantes Casa San Isidro y la Casa Santaclara, ambos ubicados en casonas del siglo XIX y que ofrecen delicias, con la mejor vista de la ciudad.

Mi elegido fue Casa Santaclara, para sumergirme en tradición: ordené Chocolate con Almojábana, parte de la once Santafereña (sin tamal para mi), que estaba delicioso y además abrigadito para enfrentar el viento frío de la altura.





Terminada mi once como Dios manda a su merced, me dediqué a recoger postales antes de bajar nuevamente por el funicular, viendo ya como despertaban las luces de la ciudad,a medida que caía el sol.




- Zona de la 82 

Acá ya encontré la zona comercial por excelencia, por lo que me mantuve deambulando y de compras, intentando encontrar el mito del jean para trasero perfecto (lo que no logré, eran demasiado ajustados)



Mis actividades fueron buscar un manicure, la que resultó perfecta y con diseño de mariposas en el Centro Comercial Atlantis Plaza, sobre la calle 81.-


Después me dediqué a vitrinear por donde pude, visitando para ellos el Mall Andino, gigante y bonito, sede de mis tiendas preferidas colombianas como Studio F y Tennis, que ahora aterrizaron en Chile y de mi más amada de ahí en adelante Velez, de buenísimos cueros y excelente diseño y confección.

También encontré acá y después en Cartagena una tienda de accesorios preciosa de la diseñadora Mercedes Salazar, dedicada a hacer pulseras y collares de corazón en todas sus formas, llenas de detalles, con piedras locales y cada una con significado donde compre regalos para mi mamá y muchos para mi.


- El imperio de Andrés Carne de Res:

Pero que manera de pasarlo bien !

Esta visita tiene harto encanto, fue precedida de muchos buenos comentarios respecto de la comida y la bebida, sobre todo del local original ubicado en Chía, al que no fui porque quedaba muy lejos para mi.


Esta fue la primera vez que salí sola de carrete (chileno), rumba (colombia), marcha (españa). He viajado mucho sola, comido y salido a tomar una/s copa/s, pero así como salir de baile no me había atrevido, y acá fue mi mejor debut en las pistas: comí, tomé, conversé y bailé, sin ningunas ganas de volver al hotel.



El lugar de partida es precioso, tiene 4 pisos  distintos ambientes y todo tributa a Colombia y sus zonas, sus iconos, los colores y la música (incluyendo las mariposas amarillas de Macondo)


Yo que estaba sentadita en mi mesa, comiendo cuanto encontré (postre de tres leches maravilloso) y  fui abordada por una banda que me daba al ritmo del tambor y los vientos la "Bienvenida a mi tierrita" ...  terminé coronada, con banda tricolor, abrazos y una muy grata conversación, de cuando en cuando animada por alguna otra intervención musical, incluyendo Village People y un joven con sombrero vueltiao que me condujo amable a la pista de baile para que rumbeara como Dios manda!





Andrés tiene varias sedes Andrés Express y La Plaza de Andrés, a la cual también fui de día, muy entretenida y con la misma estética colorida y alegre (venden como souvenir, de todo lo que encuentres en el restaurante)





- La Mina de Sal y  Zipaquirá.

Acá fui totalmente guiada por Daniel, quien además tuvo la gentileza de llevarme al pueblo contiguo y presentarme las delicias locales y contarme algo de la historia del lugar.

Llegamos a la mina, para entrar a la Catdral "la primera maravilla de Colombia", pero que le hace juicio, porque es impresionante. 

Fue levantada en su actual modelo en el año 1991, y corona un vía crucis completo, con todas las estaciones.





El paseo entero comprende el Parque de la Sal, donde hay un espejo de agua precioso, un recorrido por bajo relieves en sal, y una porción que intenta imitar como era un pasillo cuando la mina funcionaba.


Además del obvio merchandising que comprendía el café más hundido del país.


El pueblo cercano, transitaba en total tranquilidad con su bonita arquitectura y su ritmo apacible y lo recorrimos buscando que comer, para luego recorrer de regreso los 45 kilometros que nos separaban de la ciudad. 






Hasta acá mi recorrido por la ciudad de Bogotá que la verdad me encantó ... al día siguiente partiría a Cartagena y Barú a seguir disfrutando como Dios manda !



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